Emilia Wëhier

Emilia Wëhier

miércoles, 16 de abril de 2014

En clase.


La maestra anunció la entrega de la nota de concepto.
En el primer examen obtuve un nueve, y en segundo un diez. Pero falta la nota de concepto.
El concepto debe ser muy importante porque se promedia con mi saber sobre la materia. Y el ceño de la maestra está muy fruncido.
Intimación general a adoptar una conducta participativa en clase. Es perentorio. Debe tener que ver con el concepto... 


Es muy temprano, tengo sueño y hace mucho frio en el aula, pero creo que entiendo lo que quiere decir la maestra.

Hablar a viva voz en clase sobre el paramecio y el aparato de Golgi previa levantada de mano, es tan o más importante que escribir lo mismo en las hojas de los exámenes.
Estoy en problemas, yo no sabía que habría nota de concepto, y soy tímida, me cuesta mucho hablar en público.
¿Qué concepto tendrá de mi la maestra? Creo que a lo sumo habré levantado la mano dos veces desde que comenzaron las clases. Estoy sudando frío.

-"Los trabajos prácticos no, no forman parte del concepto, se promedian por separado, Aguirre".

Creo que no soy la única que no termina de comprender qué incluye el concepto. Aguirre, que se sienta dos bancos más adelante, tampoco lo entendió. La semana pasada rompió un vidrio del comedor de un pelotazo. ¿Formará eso parte del concepto que la maestra tiene de Aguirre?

Ahora la maestra habla de posturas actitudinales y de compromiso individuales. ¡Ah! Ya sé, demostrar interés quizás. 
Estoy cabeceando, ¡por favor que no me vea! Mi concepto...
La maestra explica la importancia de no olvidar el libro de la materia. Pobre Aguirre, creo que ni lo tiene, y la maestra ya se dio cuenta, pero por otro lado tiene dos diez en los exámenes. Ay pero cierto, eso no cuenta en el concepto, y además tampoco levanta mucho la mano.

Finalmente leyó las notas, por orden alfabético.
Aguirre obtuvo un ocho. Una compañera, estalló en llanto, la maestra le puso un cinco porque había estado floja en los exámenes. Mi compañera repetía que era injusto.
Yo obtuve un nueve. Volvió el calor a mi espalda y sonó el timbre.
Mientras me dirijía a la salida del aula para ir al recreo, me acerqué a la maestra para preguntarle mi nota de concepto nuevamente, solo para asegurarme.

-"¿Cómo es tu apellido?" Preguntó.

 



 

4 comentarios: